Cristina recibió a Bergoglio e irá a una misa que oficiará el cardenal.
Buenos Aires, 27 noviembre (NA)
Fuente: Terra actualidad
La tensa relación entre el Gobierno y la Iglesia católica pareció ingresar a un camino de deshielo, luego de que la presidenta Cristina Kirchner recibiera hoy en la Casa de Gobierno a monseñor Jorge Bergoglio, junto a la renovada cúpula del Episcopado, y se comprometiera a asistir a una misa que oficiará el cardenal.
La reunión fue definida como "cordial" por el vocero del Episcopado, presbítero Jorge Oesterheld, mientras que el secretario de Culto del Gobierno, Guillermo Oliveri, directamente la calificó como "excelente".
Además, Oliveri y Oesterheld indicaron que la jefa de Estado confirmó que participará el próximo 22 de diciembre de la misa en Luján para la conmemoración de los 30 años de la mediación papal en el conflicto con Chile por el Canal de Beagle.
El encuentro, que se realizó en el despacho presidencial y se extendió poco más de media hora, había sido reclamado por la cúpula eclesiástica dos días después de las elecciones de autoridades eclesiásticas realizadas hace dos semanas.
En ese contexto, los voceros de la Iglesia y del Gobierno indicaron que la entrevista sirvió para que la Presidenta conociera a los nuevos miembros de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA).
Durante el encuentro los obispos charlaron con Cristina Kirchner sobre la crisis financiera internacional y le presentaron el documento titulado "Hacia un Bicentenario en justicia y solidaridad", que el Episcopado aprobó el 15 de noviembre cuando se realizaron las elecciones de autoridades, señaló el vocero episcopal Jorge Oesterheld en declaraciones a la prensa.
El documento incluye algunos pasajes muy críticos a la dirigencia y al Gobierno y pide "buscar acuerdos básicos y duraderos" a fin de eliminar la pobreza en el país.
Por su parte, el secretario de Culto Oliveri informó que los prelados también le transmitieron a la Presidenta su preocupación por el avance de la efedrina como producto del narcotráfico.
La reunión se inició a las 15:15 y acompañaron a la jefa de Estado el secretario de Culto, el ministro del Interior, Florencio Randazzo, y el canciller, Jorge Taiana.
Los huéspedes, además de Bergoglio, fueron el vicepresidente primero de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), Luis Villalba, y los nuevos integrantes de la cúpula eclesiástica José María Arancedo, vicepresidente segundo, y Enrique Seguí Eguía, nuevo secretario general del Episcopado.
Bergoglio, minutos después de las 15.00, ingresó caminando a la Casa Rosada desde la Catedral de Buenos Aires, ubicada a menos de cien metros junto a los otros cuatro prelados de la máxima jerarquía católica para reunirse con la Presidenta. La reunión, la segunda desde que la mandataria asumió en diciembre pasado, fue vista por la Iglesia como un gesto para comenzar a limar las constantes asperezas que mantuvo la Iglesia con el Gobierno nacional durante el kirchnerismo. No obstante, Oesterheld relativizó esas tensiones y afirmó que el diálogo entre el Episcopado y el Gobierno "es normal" y que "la Iglesia tiene su propia dinámica y el Gobierno tiene la suya".
Al ser consultado sobre si los prelados mencionaron el tema de la pobreza en la Argentina, Oesterheld señaló que sobre eso "no se habló con tanto detalle", pero recordó que está presente en el documento que le entregaron a la mandataria.
Por otro lado sostuvo que "no está prevista" una nueva reunión entre los obispos y la jefa de Estado, aunque señaló que se encontrarán en la misa en la Basílica de Luján en diciembre. SPC/GP/OM
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